Fuimos las chicas malas.
Asustamos a los vecinos
Y escandalizamos a las señoras
que salían de misa.
Siempre de negro
para diluirnos entre las sombras
y desaparecer de los espejos.
Tomábamos coñac
En tardes infinitas
mientras el jazz
nos cubría
escurriéndose luego
por los poros.
Disfrutábamos la hierba
ocasionalmente
sin compulsiones
sobre todo cuando queríamos
abrir los ventanales del cielo
acostadas sobre el pavimento
de nuestra ciudad amable
y mirar infinitamente las estrellas.
Hicimos de nuestros cuerpos
una fiesta.
Cursamos invitación
sólo a los iniciados
Nacimos despidiendo una guerra
vivimos Viet Nam
otro acto obsceno
y el recuerdo de Nagasaki
junto a Hiroshima
igual a una herida expuesta.
Nos desvelamos con Sartre
Pero fue Simone quien nos ayudó
a hilvanar nuestra protesta
Consideramos a los Beatles
un tanto pueriles
porque era Piaff
quien nos alimentaba.
Trenzamos flores
nos pusimos guirnaldas
pero siempre fuimos suspicaces
con las exportaciones del Norte.
Nunca pensamos
que seríamos reinas
más bien
quisimos con el Che
ser compañeras.
Compartimos cuerpo y alma
sin pedir nada a cambio.
Encendimos lámparas
para apagar la angustia
la pura y limpia angustia de estar vivas.
La vida ha sido nuestro manifiesto.
Vivimos tan
pero tan intensamente
que ningún dolor nos fue
ni nos podrá ser jamás ajeno.
Fuimos las chicas malas
olíamos a incienso
a pachulí
otras veces a menta fresca
pero el olor
que nos acompañó
siempre
fue el de la tristeza.
Fuimos las chicas malas
y aunque no lo confiese abiertamente
por el qué dirán
los hijos
los amigos sensatos
el perro
los parientes
seguimos y seguiremos siendo
chicas malas.
De: Arabella Salaverry
Asustamos a los vecinos
Y escandalizamos a las señoras
que salían de misa.
Siempre de negro
para diluirnos entre las sombras
y desaparecer de los espejos.
Tomábamos coñac
En tardes infinitas
mientras el jazz
nos cubría
escurriéndose luego
por los poros.
Disfrutábamos la hierba
ocasionalmente
sin compulsiones
sobre todo cuando queríamos
abrir los ventanales del cielo
acostadas sobre el pavimento
de nuestra ciudad amable
y mirar infinitamente las estrellas.
Hicimos de nuestros cuerpos
una fiesta.
Cursamos invitación
sólo a los iniciados
Nacimos despidiendo una guerra
vivimos Viet Nam
otro acto obsceno
y el recuerdo de Nagasaki
junto a Hiroshima
igual a una herida expuesta.
Nos desvelamos con Sartre
Pero fue Simone quien nos ayudó
a hilvanar nuestra protesta
Consideramos a los Beatles
un tanto pueriles
porque era Piaff
quien nos alimentaba.
Trenzamos flores
nos pusimos guirnaldas
pero siempre fuimos suspicaces
con las exportaciones del Norte.
Nunca pensamos
que seríamos reinas
más bien
quisimos con el Che
ser compañeras.
Compartimos cuerpo y alma
sin pedir nada a cambio.
Encendimos lámparas
para apagar la angustia
la pura y limpia angustia de estar vivas.
La vida ha sido nuestro manifiesto.
Vivimos tan
pero tan intensamente
que ningún dolor nos fue
ni nos podrá ser jamás ajeno.
Fuimos las chicas malas
olíamos a incienso
a pachulí
otras veces a menta fresca
pero el olor
que nos acompañó
siempre
fue el de la tristeza.
Fuimos las chicas malas
y aunque no lo confiese abiertamente
por el qué dirán
los hijos
los amigos sensatos
el perro
los parientes
seguimos y seguiremos siendo
chicas malas.
De: Arabella Salaverry