En el post anterior me preguntaba, ¿dónde exactamente se encuentra la importancia que prestamos a las cosas?
Me explico un poco más.
Cada cosa tiene su valor (me refiero a la ética y a la moral como parte del sistema filosófico y a esto me referiré a partir de ahora cuando habla del valor en el texto), esto significa que cada cosa tiene un significado, una importancia y viceversa: no hay cosa sin valor, de la misma manera que no hay persona sin cabeza. Pero ¡ojo!, la cabeza debe tener dentro la mente, una mente; una mente que piensa (igual a un valor que está bien valorado). La mente para la cabeza es el valor que damos a las cosas que nos rodean. Entonces, las personas las forman los valores y cuando los valores no existen, es cuando automáticamente no existen las personas. Y si no existen las personas, entonces no existe la sociedad, la comunidad. Bajo estas condiciones (o sea de dicha inexistencia) no puede existir ningún tipo de asociación, ni de ideas ni de personas y es entonces cuando empiezan a vivir alimañas y canallas, es entonces cuando domina el caos, y el Estado se convierte en una "jungla".
En este momento, Grecia y dentro de esta crisis que vive (vivimos) y que principalmente es una crisis moral, y tal cual empezó la destrucción social, está sufriendo a primera vista una crisis, como las otras de los otros países, ¿no es así?. Sí, esto es muy cierto: es una crisis económica y moral, moral y económica, pero debemos ver un poco más allá y preguntarnos ¿por qué en los otros países que también viven una crisis económica, no hay fenómeno neonazis? En este punto está claro que me refiero al párrafo anterior. Está claro que yo personalmente busco y encuentro la respuesta y la solución en lo susodicho.
Utilizando todo aquello que este gran poeta surrealista Nanos Valaoritis me ha enseñado a través de nuestras conversaciones (tengo el gran honor de decir que es un amigo personal) y a través de las lecturas de sus libros, utilizando además un poco la poesía y la pura fantasía, busco y encuentro la respuesta: ¡que diseñemos cabezas nuevamente! ¡Y que pongamos dentro unas mentes! Mentes que piensan, mentes con antenas, mentes modestas y morales, que entienden, que valoran y que puedan superar a nosotros, los seres humanos.
Cabezas con cerebros.
Algo cambiará, ¿no?
Me explico un poco más.
Cada cosa tiene su valor (me refiero a la ética y a la moral como parte del sistema filosófico y a esto me referiré a partir de ahora cuando habla del valor en el texto), esto significa que cada cosa tiene un significado, una importancia y viceversa: no hay cosa sin valor, de la misma manera que no hay persona sin cabeza. Pero ¡ojo!, la cabeza debe tener dentro la mente, una mente; una mente que piensa (igual a un valor que está bien valorado). La mente para la cabeza es el valor que damos a las cosas que nos rodean. Entonces, las personas las forman los valores y cuando los valores no existen, es cuando automáticamente no existen las personas. Y si no existen las personas, entonces no existe la sociedad, la comunidad. Bajo estas condiciones (o sea de dicha inexistencia) no puede existir ningún tipo de asociación, ni de ideas ni de personas y es entonces cuando empiezan a vivir alimañas y canallas, es entonces cuando domina el caos, y el Estado se convierte en una "jungla".
En este momento, Grecia y dentro de esta crisis que vive (vivimos) y que principalmente es una crisis moral, y tal cual empezó la destrucción social, está sufriendo a primera vista una crisis, como las otras de los otros países, ¿no es así?. Sí, esto es muy cierto: es una crisis económica y moral, moral y económica, pero debemos ver un poco más allá y preguntarnos ¿por qué en los otros países que también viven una crisis económica, no hay fenómeno neonazis? En este punto está claro que me refiero al párrafo anterior. Está claro que yo personalmente busco y encuentro la respuesta y la solución en lo susodicho.
Utilizando todo aquello que este gran poeta surrealista Nanos Valaoritis me ha enseñado a través de nuestras conversaciones (tengo el gran honor de decir que es un amigo personal) y a través de las lecturas de sus libros, utilizando además un poco la poesía y la pura fantasía, busco y encuentro la respuesta: ¡que diseñemos cabezas nuevamente! ¡Y que pongamos dentro unas mentes! Mentes que piensan, mentes con antenas, mentes modestas y morales, que entienden, que valoran y que puedan superar a nosotros, los seres humanos.
Cabezas con cerebros.
Algo cambiará, ¿no?
ξι.
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